¿Quién no se ha imaginado alguna vez en un paradisíaco lugar remoto, donde todo lo que haga sea disfrutar y relajarse? Pues no hace falta irse tan lejos. En un tranquilo valle rodeado de bosques de pinos, algarrobos y olivos milenarios, se encuentra en pleno corazón de Ibiza, el Hotel Rural Can Lluc. Un lugar donde se respira, y se siente, paz, calidez, pureza, placer. Ingredientes que convierten la estancia del lujoso Hotel Rural Can Lluc en una experiencia de bienestar edénica son sus tratamientos y masajes, practicar yoga, disfrutar del campo ibicenco o ponerse en forma frente a la naturaleza.
1. Deleitarse con tratamientos y masajes. Necesitamos tiempo para nosotros. Mimarnos. Y más, en un mundo regido por la velocidad. Por ello, uno de los mejores regalos con los que obsequiarse es poder cuidarse y relajarse, en buenas manos.
2. Dejarse llevar por el estado zen espiritual. Otra de las maneras de relajarse es practicar yoga, donde cuerpo, mente y espíritu se conectan en un escenario idílico, frente a la natura. Concentrarse en uno mismo, dejarse llevar y meditar ayuda a mejorar el bienestar general.
3. Disfrutar del campo ibicenco. Cualquier época del año puede ser buena para vivir esos ratos de tranquilidad, aislados del bullicio, paseando entre atractivos paisajes y tener tiempo de respirar aire fresco. Un lugar ideal es el Agroturismo Can Lluc, ubicado en el interior de la isla pitiusa, que cuenta con una plantación de 2.000 parras que completan un paraje plagado de árboles frutales que late en plena naturaleza.
4. Ponerse en forma frente a la natura. El establecimiento hotelero dispone, para uso de sus clientes, de un gimnasio donde se puede hacer uso de una cinta, elíptica, bicicleta, banco y mancuernas. Para completar el ejercicio, el establecimiento hotelero propone practicar jogging y senderismo en Can Lluc y sus alrededores. En la finca existe una pequeña ruta: un camino para pasear, de unos 900m de largo, que comienza en la parte baja del terreno, y va subiendo y adentrándose en el bosque.