Una nueva experiencia peregrina ha nacido: el Camino Ignaciano, con 650 kilómetros entre Loyola y Manresa que son los recorridos por el fundador de la Compañía de Jesús en 1522
Por Óscar San Martín Molina
El Camino Ignaciano, que consta de 27 etapas, parte desde la casa natal de San Ignacio, en Loyola, y atraviesa el País Vasco, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña ofreciéndose al peregrino como una propuesta de vivencias personales, teniendo presente que el itinerario es, según los promotores, muy distinto al famoso Camino de Santiago y de mayor soledad. El Camino se halla perfectamente señalizado, cuenta con una excelente infraestructura de albergues y refugios y una ruta que se puede hacer perfectamente a pie o en bicicleta siguiendo siempre la flecha naranja, símbolo del Camino Ignaciano.
A iniciativa e impulso de la Compañía de Jesús, un pequeño grupo de laicos y jesuitas se han lanzado a recrear el camino, junto con el apoyo de instituciones públicas como Basquetour o la Agencia Catalana de Turismo, que el caballero Ignacio de Loyola recorrió en 1522 desde Loyola hasta la ciudad de Manresa.
Partes del Camino
Se conoce como “Camino Ignaciano” el que comprende desde la casa natal de Ignacio en Loyola (un torre-palacio de Azpeitia, en el País Vasco) hasta lo que se conoce como la “Cova de San Ignacio”, en la ciudad de Manresa (cerca del Monasterio de Montserrat, en Cataluña). Después de su conversión espiritual en Loyola, Ignacio sintió el deseo ardiente de seguir a Jesucristo y abandonó la vida que hasta entonces había llevado como hijo de una familia de nobles.
Ignacio decidió ir “contracorriente” y se puso en camino hacia Jerusalén, siguiendo el Camino Real, que le llevaría a Barcelona. De allí pensaba salir en barco para proseguir su peregrinación a Tierra Santa.
Sus pasos y su camino. Una Tierra de Contrastes
El Camino Ignaciano se inicia en la casa madre de Ignacio de Loyola, en Euskadi. Siguiendo los pasos de Ignacio, los peregrinos se dirigen primero al santuario de Arantzazu (lugar de peregrinación mariana) y después hacia Navarrete y Logroño. De allá van a Tudela y Zaragoza (también un conocido lugar mariano). Luego Fraga y Lérida. Llegados a Montserrat (tercer santuario dedicado a la Virgen) se dirigen finalmente a Manresa, ciudad en la que Ignacio experimentó gran parte de su legado espiritual. En total, más de 600 kilómetros divididos en 27 etapas.
Cinco Comunidades Autónomas están entrelazadas en esta peregrinación: Euskadi, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña. Los peregrinos tienen la oportunidad de descubrir la rica diversidad de estos pueblos de culturas, tradiciones y lenguas diferentes, pero con muchos puntos en común. Hace casi 500 años, Ignacio se encuentra con el dilema de la difícil convivencia entre la sociedad hispano‐ cristiana y la sociedad hispano‐árabe. Hoy en día la diversidad de culturas también se hace presente en nuestra peregrinación del siglo XXI.
El Camino Ignaciano, camino interior
Ciertamente, el peregrino de hoy puede sentir que está emulando la experiencia espiritual de Ignacio de Loyola. No encontrará en Logroño, Zaragoza, Tudela o Lleida una señal diciendo “Ignacio de Loyola durmió aquí”. Sin embargo, en cientos de lugares podrá tener la certeza de que Ignacio oró en esta iglesia, caminó junto a este río, subió esta colina o contempló maravillado este mismo paisaje. Y para los peregrinos del siglo XXI tambien puede ser una sencilla experiencia de “saneamiento” físico o de “reducción de estrés acumulado” por las exigencias de la vida cotidiana.
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