Desde el viernes 26 de abril, el exclusivo complejo de suites y villas situado en el corazón de la isla estará abierto para la temporada 2024
El complejo, que también cuenta con su propio restaurante (Es Mal Pas), estará abierto para cualquier visitante a Formentera con una propuesta de cocina balear con acentos internacionales
Con un total de 29 suites y 6 villas de arquitectura mediterránea, rodeadas de sabinas, campos de labranza y antiguos vestigios de calzadas romanas, Paraíso de los Pinos ofrece una propuesta para la desconexión, privacidad y el confort familiar
Paraíso de los Pinos es un exclusivo complejo enclavado en la Formentera de bosques autóctonos, campos de labranza y antiguos caminos enmarcados por muros de piedra que llevan al mar. Con este inmejorable escenario, Lina Bustos gestiona desde 2011 esta propiedad de los años 70, que se ha reformado para dar cabida a un total de 29 suites y seis villas de lujo.
Producto de un equilibrio entre un buen diseño y su entorno, su situación es idónea para disfrutar y descubrir la esencia de la isla desde el confort y la exclusividad de un enclave natural donde no falta de nada; abundan las flores autóctonas que contrastan con el intenso azul de las contraventanas y maderas nobles, que a su vez destacan en los exteriores de los alojamientos.
Además, piscina (una de adultos y otra infantil), solárium, pista de tenis, zona lounge (o haima) y zona relax son algunos de los servicios comunes que Paraíso de los Pinos ofrece, junto con un servicio de concierge 24 horas o experiencias personalizadas (desde visitas guiadas por la isla hasta alquiler de merais eléctricos) para que la estancia sea inolvidable. Con la playa a tan solo 500 metros y el supermercado más cercano a 300, el complejo goza de una reservada pero conveniente ubicación.
Detalle de la piscina del complejo
Es mal pas, una propuesta de cocina balear con un toque internacional
Su restaurante Es Mal Pas representa el compromiso de Paraíso de los Pinos con la cocina creativa sin dejar de lado la esencia de la tradición Mediterránea y, en concreto, local. En pleno corazón de la isla, totalmente integrado en su singular, este establecimiento toma su nombre de la zona rural en la que se encuentra y quiere ser consecuente con ello también en su propuesta gastronómica.
Platos como el carpaccio de gamba roja con papada ibérica, el tomate glaseado con agridulce de soja y sopa fría de sus jugos, la merluza negra con escabeche de verdura o el arroz meloso con pulpo y gambas representan lo mejor de la fusión más regional con un toque distintivo también gracias a las verduras y hortalizas procedentes de su propio huerto.
Compromiso con el medio ambiente y la mejora del entorno
Conscientes de la necesidad de reformular los patrones colectivos de funcionamiento desde unos criterios de responsabilidad firmes y un mayor respeto a los recursos naturales, su compromiso se cumple desde sus instalaciones a su filosofía con el objetivo de minimizar lo más posible la huella de carbono de sus visitantes y poder así preservar la naturaleza única de nuestro entorno.
Pautas como el uso exclusivo del papel reciclado, la eliminación de todos los plásticos (y sustitución por cristal y materiales biodegradables), así como la gestión sostenible del agua o el lavado de toallas solo cuando sea necesario son algunas de las indicaciones incluidas en su decálogo para intentar preservar este paraíso lo mejor posible.