Las localidades de la Sierra de Francia despliegan un abanico de procesiones, representaciones y manifestaciones culturales propias que mantienen su esencia desde hace décadas.
· La Alberca celebra el Jueves Santo La Pasión de Cristo a cargo de Cateja Teatro en el atrio de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción donde se congregan miles de visitantes.
· La mayoría de los pueblos serranos colocan “Monumentos”, altares efímeros decorados con flores, bordados y ornamentos que recogen la estética y el patrimonio popular de estas localidades.
La Semana Santa está a la vuelta de la esquina y los municipios pertenecientes a la Mancomunidad de la Sierra de Francia ya están preparando los últimos detalles para recibir a cientos de visitantes en sus calles para conocer sus celebraciones, costumbres y tradiciones que han ido trasladando de generación en generación de los más mayores a los más pequeños.
Salamanca es la provincia española con más tradición en autos sacramentales y autos de pasión. Uno de los mejores ejemplos se desarrolla en La Alberca cada Jueves Santo con la representación de La Pasión de Cristo a cargo de Cateja Teatro desde hace más de 40 años. La representación se realiza al atardecer en el atrio de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de La Alberca, también conocido como Solano Bajero. Centenares de personas del pueblo, de una forma u otra, participan en una celebración que con el paso de los años ha ido adquiriendo más reconocimiento y congrega a miles de visitantes y aficionados al teatro, con gran tradición en la Sierra de Francia.
La Alberca es el primer pueblo español declarado Conjunto Histórico en 1940 y sus calles y entramado urbano forman una estampa inigualable en el recorrido de sus procesiones. En él destaca la belleza y conservación de su arquitectura tradicional típica serrana, heredada de la época medieval. Así, el Viernes Santo por la mañana se celebra el tradicional Vía Crucis por las calles de la localidad con la imagen grotesca del Juita que tira del Ecce Homo, la madre Dolorosa y un Calvario del siglo XV; por la tarde se celebra la procesión del Santo Entierro y llegada la medianoche la procesión de la Virgen de los Dolores, plenamente en silencio.
Para el Sábado Santo, a las 12 de la noche, se realizará El Encuentro entre la Virgen de la Asunción, patrona de La Alberca, y el Cristo Resucitado en la Plaza Mayor. Ya el Lunes de Pascua se celebra el Día del Pendón, que conmemora la gesta de las mujeres serranas contras las tropas extranjeras.
El resto de los municipios de la Mancomunidad de la Sierra de Francia tienen sus celebraciones y manifestaciones culturales propias que merecen una visita en estas fechas tan señaladas.
En la mayoría de las iglesias parroquiales de estas localidades se colocan los llamados “Monumentos”, altares efímeros decorados con flores, bordados y ornamentos que recogen la estética y el patrimonio popular de los pueblos serranos.
A continuación, destacamos algunas de las celebraciones más características de estas localidades.
Miranda del Castañar
En esta localidad serrana, durante el Viernes Santo tras la celebración de los Santos Oficios, la lectura de la Pasión de Cristo y la caída del atardecer, los niños más pequeños salen en procesión vestidos de nazarenos con su hábito morado, la corona de olivo en la cabeza y portando velas rojas. Los más mayores serán los encargados de sacar a hombros la imagen del Nazareno, mientras que las mujeres vestidas de negro portarán la Virgen Dolorosa. La representación de Las 3 Marías y el Sepulcro
será cargada por hombres vestidos con la tradicional capa en un recorrido por las calles más emblemáticas del municipio.
Mogarraz
La Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves de Mogarraz será la protagonista el Jueves Santo de otro de los clásicos de la Semana Santa de la Sierra de Francia con la celebración de La Pasión de Cristo, una representación que mostrará los últimos días de la vida de Jesús hasta el Prendimiento por parte de los romanos. Una celebración que inicialmente suponía un ensayo para otras Pasiones como la de La Alberca y que con el paso de los años ha ido adquiriendo su propio protagonismo.
Sequeros
Este municipio celebra sus dos actos más importantes en el Viernes Santo. Por la mañana, se canta el Vía Crucis en el entorno de la Iglesia del Robledo. Una vez caída la noche, las calles de la localidad acogen la procesión de la Soledad.
Sotoserrano
El municipio de Sotoserrano realiza una de las tradiciones más peculiares de la Semana Santa en la Sierra de Francia, el llamado Escarnio de Judas. Una antigua tradición que comienza en la medianoche del Sábado de Gloria, cuando mozos del pueblo fabrican un muñeco que lo rellenan de paja y serrín y lo visten con ropas viejas en representación de Judas. Esta imagen permanece colgada en la plaza del pueblo durante el Domingo de Resurrección hasta el Lunes de Pascua, cuando es volteada y golpeada por los más pequeños. Sus restos serán quemados simbólicamente en una hoguera.
Cepeda
En Cepeda existe una costumbre única en la Sierra de Francia. Consiste en la colocación del Ramo en la noche del Sábado Santo. Ese día por la noche los mozos se reúnen en alguna bodega, comen la bolla (un pan amasado con azafrán) y después van a cortar el Ramo (árbol de laurel) para ponerlo en el balcón de la chica que les gusta o bien ya es su novia. Si están prometidos el Ramo se adorna con rosquillas y naranjas.
Para el Domingo de Resurrección y el Lunes de Pascua es tradición que las familias y amigos acudan a los parques y al merendero llamado el Pocito para disfrutar comiendo el tradicional hornazo de Cepeda, el único que entre sus ingredientes lleva una cobertura de azúcar.
La gastronomía es otro de los motivos ineludibles para aprovechar estas fechas y visitar los municipios de la Sierra de Francia. Cada uno de ellos posee platos, elaboraciones y productos propios que hacen las delicias del visitante como por ejemplo el limón serrano, las patatas meneás, el zorongollo o algunos dulces y postres serranos como el turrón serrano y las almendras garrapiñadas, las perrunillas o perronillas, los mantecados, las rosquillas, los bollos maimones, los buñuelos, los turuletes, las torrijas y los amarguillos. Sin olvidar por supuesto el hornazo de Cepeda, con su cobertura de azúcar.