Pasea por los viñedos y conoce los secretos y fases del proceso de elaboración, en una visita guiada llena de magia y sabor.
Excursiones de medio día con cata y comida en bodega o en restaurante de cocina tradicional de la zona y excursiones de un día o de fin de semana incluyendo visitas a conjuntos históricos y lugares de interés artístico de la Comunidad de Madrid.
Por O.S.M
Prácticamente desconocidos hasta hace poco tiempo, los vinos de Madrid iniciaron una nueva etapa a partir de 1990, año en que se constituyó el consejo regulador. Su labor, el esfuerzo inversor de las bodegas, la adaptación de los viticultores a las exigencias del mercado, la mejora de los procesos de elaboración y crianza, la incorporación de nuevas tecnologías y la eficacia en la comercialización están consiguiendo que las marcas acogidas bajo el amparo de la denominación de origen Vinos de Madrid conquisten el aprecio de los consumidores internos, ganen el favor de los compradores foráneos y obtengan los máximos galardones en los concursos internacionales. Como prueba del éxito alcanzado, quizá baste señalar que las exportaciones rondan el 30% de los 4,5 millones de botellas comercializadas. Y ya no es una rareza encontrar vinos nacidos al sur de Madrid en la relación de premios internacionales o entre las puntuaciones más elevadas que conceden las publicaciones especializadas.
Mientras se recogen los primeros frutos del trabajo bien hecho, los Vinos de Madrid se encuentran en una fase de consolidación y afrontan una nueva etapa: el enoturismo, pues a ninguna de las cuarenta y cuatro bodegas adscritas a la denominación de origen se les escapa la ventaja que supone tener sus instalaciones a menos de una hora de la capital. En este sentido, la consejería de Cultura y Turismo está diseñando una ruta enoturística que integrará, al menos, trece bodegas. Todas pondrán a disposición del visitante visitas guiadas, catas comentadas, cursos de iniciación a la posibilidad de comer o alojarse en la propia bodega.
Las zonas
Tres subzonas constituyen la denominación de origen de Vinos de Madrid (Arganda, Navalcarnero y San Martín de Valdeiglesias), cada una con diferentes suelos y características climáticas.
La subzona de Arganda, situada al sudeste de la Comunidad de Madrid, representa la mitad de la superficie de viñedo (cerca de 6.000 ha), recibe el riego de los ríos Tajuña, Henares y Jarama, posee unos terrenos pardos y tiene como variedades predominantes la blanca malvar y la tinto fino.
La subzona de Navalcarnero, en el sur-centro de la región y surcada por el río Guadarrama, posee unas 2.000 ha de viñedo, con la garnacha como casta principal, que sirve para elaborar los característicos rosados de la zona, últimamente acompañados de unos tintos muy apreciados.
Finalmente, la subzona de San Martín de Valdeiglesias, al sudoeste y protegida por los montes de Gredos, cuenta con 3.600 ha de vid donde predomina la variedad blanca albillo y la tinta garnacha.
Historia
Aunque los primeros documentos que tratan de la existencia de vinos matritenses datan del siglo XIII, íberos, cartaginenses y romanos ya conocían las técnicas vitivinícolas, y es de suponer que la pusieron en práctica en las tierras de la Comunidad de Madrid. Remitiéndose a hechos contrastados, es en la Edad Media cuando se documenta por primera vez la disputa por la posesión de un viñedo entre unos monjes y el señor feudal. Desde aquella época la producción vinícola comienza a tomar importancia, siendo los encargados de custodiar las viñas del Concejo los «viñaderos».
La calidad de los vinos de Madrid queda plasmada en los libros, como en las citas del prestigioso Arcipreste de Hita. Cuando en el Siglo de Oro le llega la capitalidad a la Villa y Corte, producción y demanda aumentan espectacularmente, siendo especialmente loados los de San Martín.
Así Madrid llega al siglo XX con más de 60.000 ha, pero en 1914 la filoxera asola el viñedo madrileño, no recuperándose del todo hasta bien entrados los años cincuenta. En los ochenta el panorama vinícola español se transforma y adapta a los nuevos gustos, surgiendo así la necesidad de una Denominación de Origen y de su correspondiente Consejo Regulador.
La Comarca de las Vegas y su ruta del vino
Uno de los itinerarios más atractivos de la Comarca de las Vegas es su ruta vinícola. Sus vinos -con Denominación de Origen Vinos de Madrid- pertenecen a la subzona de Arganda, situada al sureste de la Comunidad de Madrid por donde fluyen las aguas del río Jarama, afluente del Tajo, y de sus tributarios, Tajuña y Henares.
El elevado número de bodegas así como la fuerte tradición en el cultivo de variedades como Airén, Tempranillo, Garnacha, Cabernet, Sauvignon o Malvar hacen de este lugar una parada obligatoria para todos los amantes del vino. Además, pese a que gran parte de las bodegas se han modernizado, todavía conservan sus técnicas de antaño, lo que incrementa su encanto. Algunas de ellas tienen su propio museo y otras cuentan con tiendas donde adquirir sus productos (en algunos casos encontraremos desde cavas hasta vinos ecológicos).
Esta ruta invita, por tanto, a conocer de primera mano uno de los productos autóctonos más relevantes de la Comarca de las Vegas, que en los últimos años está viviendo un fuerte impulso.
Museo del Vino de Arganda del Rey
El Museo del Vino se presenta como un recurso cultural basado en la tradición agrícola argandeña, que tiene como base principal la producción vinícola que desde hace siglos goza de merecida fama, está dividido en 7 salas en tres plantas, Información y Hall de bienvenida con un punto de información interactiva y el Ecomuseo, que están en la 1, la 2 nos cuenta todo a cerca de Los Viñedos, mientras la 3 lo hace de La Vendimia, en la 4 encontraremos la información referida a las distintas técnicas de elaboración de los vinos de la D.O. Vinos de Madrid, en la 5 se simula la fermentación, y el trasiego en lo que denominan Cocedero, La Cueva está en la 6, oficios, embotellado, crianza son los protagonistas y la 7 es la Enoteca, comercialización, tabernas de Madrid, cata, Maridajes. El museo cuenta con una bodega de más de 200 años que ha sido rehabilitada y adaptada para los nuevos servicios, La Cueva, en la planta sótano era la zona dedicada a la crianza con sus centenarias tinajas destinadas a la fermentación, y el lagar con una prensa viga de las de entonces.